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6 días que han cambiado nuestras vidas

Los últimos días han sido tan diferentes, uno del otro.  Cada uno ha tenido un sabor diferente, una pena que el gusto esté tan polarizado, mientras el dulce pasa a amargo para unos, en otros sucede en el inverso.  Para todos, el sabor de fondo es a hiel, como no soy ideólogo ni tampoco este es mi tema, relato los seis días dejando el post en la categoría incorrecta por no haber una dedicada a política. 

Día 1. El jueves éramos una república libre, soberana, dicen que independiente, desconocida para mucha gente poco ducha en cartografía, como cuando nos dicen donde está Togo y tenemos mala memoria del sexto grado.  A medio día me fui a casa, porque era arriesgado andar por la calle, me pareció absurdo pensar que eso puede suceder en una ciudad tan rutinaria, si se puede llamar así a la costumbre por la vulnerabilidad inminente de la temporada lluviosa.

Día 2. El viernes pasamos a ser desagradables ante la Organización de Estados Americanos, donde reunido el Consejo Permanente se sorprendió de las amenazas que declaró el embajador ante este organismo, en unanimidad reconocieron que la cosa parecía ir muy mal.  Me aburrí en casa, sin nada que hacer, con los chicos en la escuela y sin ganas de escribir… es difícil disfrutar un feriado obligado, cuando no hay muchos planes y mucho que hacer en la oficina, fui a correr y escribí un presagio del tema.

Día 3. El sábado pasé frente a casa presidencial a comerme una dona, y pude ver todo el movimiento del que me habían sorprendido los alcaldes de tierra adentro, todo sonaba tan emocionante aunque el temor de lo que podía pasar al siguiente día era intrigante.  Visité a mi amigo Buendía y en medio de unas copas me contó unos oráculos al estilo del Capitán Haddock en “Los tres unicornios”.  Fue bueno echarle una mirada a la película de Will Smith “Seven Pounds” y soñar que hay gente buena en este mundo, por un momento pensé si todos en este país hicieran esto una vez.

Día 4.  El domingo gran parte del mundo supo lo que se transmitió hacia afuera, que todavía hay gente que vive en la barbarie, y Hugo Chávez aseguró que invadirá esta nación a como diera lugar.  No tuvimos Internet, ni energía eléctrica, no telefonía estatal.  No fue posible salir de la casa, más que para llenar el tanque de combustible en una larga fila y comprar comida enlatada en el supermercado, por si acaso.  Llovió como en Macondo, un puente sucumbió en la zona norte y desde ese día tuvimos toque de queda a partir de las 9 de la noche.

Día 5.  El lunes vivimos una tarde de disturbios, gente en las calles con palos, piedras, ni siquiera pude llegar a la tienda donde quería comprar una cama ortopédica, luego que por primera vez un lunes, en mucho tiempo no fui a trabajar, solo porque no había que ir. El Sistema de Integración Centroamericano SICA declaró que había que cerrarse nuestras fronteras comerciales, y mi lugar preferido para comerse una dona era inaccesible, la encontré en Facebook con una señal parecida a las que vi en mi escuela en el segundo grado, esta no la recuerdo pero aquella de mis ocho años sí: “Ligas Populares 28 de Febrero”.

Día 6.  El martes, una gran multitud se reunió en el parque, y mientras declamaban desde su corazón lo mejor de su intención, La Organización de Naciones Unidas ONU declaró que harán lo posible por intervenir este país, entre ellos Estados Unidos que se manifestó “co-patrocinador de la acción”.  Me agradó ver la pasión de toda esta multitud, aunque mi amigo de los pescaditos de oro hizo una de sus filosofadas después del tercer ron: “me pregunto si soltamos doce mareros  con tatuajes en la frente, cuántas de estas personas quedarán en las inmediaciones”, me causó gracia pero me puso a pensar si nuestros líderes tienen el tiempo de convencer al mundo entero en menso de 72 horas.

Que puedo decir, de la tranquilidad casi aburrida he llegado a darme cuenta que valiosa es la paz inocente de un país que no ha tenido una guerra civil convencional, somos de pubertad tardía, dice mi amigo Buendía que “no es por pacíficos sino por maj3s”.   Ahora el mundo entero condena lo que pasó aquí, aunque hay que estar en la capital para tener una de las dos posturas existentes y trabajar con 35 municipios rurales de una vez para saber lo que piensan tierra adentro.  En resumen las dos posturas principales se simplifican en coordenadas geográficas redondeadas a minutos: la primera que hubo un golpe de estado, la otra una sucesión constitucional.  Sea cual sea, ambas provocan esa sensación del día siguiente a la pérdida de la virginidad literal.

Así es de emocionante esta vida señores, en seis días ha cambiado la vida de más de 7 millones de personas que seguramente pasan por sentimientos tales, más la suma de intriga de sus familiares y amigos en el exterior a quienes me ha sido difícil explicar lo que aquí está pasando.  Solo sé que de esta vamos a salir bien, y que el país entero deberá asumir una transformación que terminará en mejor condición de vida y madurez; solo esperamos que no sea dolorosa y que pase de una vez por todas.

Que pasará el día 7, será tan emocionante como el 8 y el resto del año hasta que lleguen las elecciones del 28 de Noviembre, mi postura es neutral por escribir para un público más internacional que local y ante quienes no quiero mostrar mi opinión personal pues mientras he hablado el tema con mi amigo de Macondo, me doy cuenta que tiene tantos pedales como el piano de cola en mi adolescencia; no solo es político, sino económico, es jurídico, ahora geopolítico, todos coincidimos que es social y lo que más me preocupa, es ideológico.  Sería trágico si todo este caos natural no produce transformaciones significativas, porque entonces podríamos sufrirlo durante 20 años como pasó con nuestros vecinos más cercanos a un costo más alto que la caída del Internet o cable dos veces por día.

Un saludo Hondureños, como ven, no solo cuando la selección le gana a México (que no es muchas veces) se puede demostrar el patriotismo.  Si pueden demostrarlo con toda pasión ahora, háganlo, siempre y cuando no dañen la integridad de los demás.  Al resto del mundo, gracias por sus oraciones.

geofumadas: Editor de Geofumadas