20 años después, solo puedo asociar el BIM como la evolución que representó para aquel tiempo dejar la mesa de dibujo y el papel calca por los ficheros CAD. Aquella era una evolución impresionante, considerando que venía de ser dibujante de chinógrafo y calculista de libreta + calculadora + Lotus 123. Me parecía impresionante creer que ya no era necesario meterle borrador eléctrico y calavera al papel calca ante un rediseño, mucho menos hacer modificaciones a múltiples planos por ese cambio, ni tirar a la basura las copias sepia del original, las que solo servían para manchar con el plumón rojo para los planos as-built o forrar la mesa del maestro de obras.
Debo admitir que siempre fui fanático de las tecnologías, había usado una 8086 con monitor de pantalla naranja en tiempos de DOS crudo. De forma impresionante había migrado de hacer fichas de costos unitarios en Lotus 123 a SAICIC 3 para presupuestos y estimaciones, y había pasado de la arcaica matriz timeline de SAICIC a Microsoft Project 4 para controlar los tiempos, aunque para inventario seguía usando programación sobre FoxBase en DOS. No porque no hubiera más, pero piraterar EaglePoint y SAICIC 4 en esos días era casi imposible.
Todo cambió, cuando tomé en mis manos AutoCAD, en ese momento R13, con una PC Gateway 2000, Pentium I de 133 Mhz y 250 MB de disco duro. Claro, eran aquellos tiempos cuando podía encerrarme en la única oficina con aire acondicionado –por la computadora; no por mí-, y salir al calor de medio día con un suéter ocre a comprarme de almuerzo un chocolate Crunch y una coca-cola.
A la mierda los triglicéridos que poco importaban.
BIM es hoy para mí lo que representaba un imposible cuando era el único tecnólogo apasionado por mecanizar lo manual –con lo que hubiera-.
Si tan solo hubiéramos tenido AECOsim, el diseño preliminar no hubiera requerido hacer los bocetos acuarelados del Arquitecto Ramiro Bonilla, que por cierto eran impresionantes pero tristemente inmutables, en aquel anteproyecto del Edificio Principal del Banco de las Fuerzas Armadas de Honduras; se hubiera hecho de una vez en CAD, simulando los diferentes bloques de volúmenes que tanto costó conciliar con el concepto «sobrio» del Ingeniero Roberto López Carballo. Luego de su aprobación, no habría tenido que batallar días por lograr la aprobación de la planta constructiva, con el sufrimiento implícito de Rudy y Rubén –hoy día arquitectos de respeto-, sobre todo porque una vez desarrollada la planta constructiva había que hacer esgrima con la paciencia del Ingeniero estructural Boris Viscovich y su molesto gusto por abusar de contrapesos, casi imposible con el ideal de espacios en el sótano para estacionamientos de 2.50 metros de ancho.
Con BIM, el diseño se trabaja en función de áreas funcionales, tal como lo hacen los arquitectos sobre AECOsim, sobre ejes amarrados a una plantilla I-model, de modo que el ingeniero estructural solo juega con tamaños, ejecutando una versión federada del mismo DGN sobre Bentley STAAD; sin las interminables iteraciones del Ingeniero Rivera, con sus hojas continuas impresas buscando momentos de voladizos óptimos.
BIM permite hacer de forma paralelo el desarrollo del sistema de aire acondicionado, con control preliminar de interferencia, haciendo distinción entre una viga de acero y una de concreto, por si hay que hacerle un hueco en el punto de inflexión, en el cuarto de longitud o si la cartela no lo va a permitir. Nos hubiéramos ahorrado un mundo, luego que se rediseñó la cimentación tras las condiciones de humedad encontradas en la zona de los elevadores, 5 metros abajo del sótano, lo que implicó repensar el muro-cortina y reconfiguración de la losa de cimentación. Combinar BentleyRAM para el anexo de acero estructural, GEOPAK para la topografía y Generative Components para el diseño curvado del auditorio hubiera sido un lujo… y todo sobre un fichero DGN alimentado en estándar IFC sobre ProjectWise, no importa que mi oficina estuviera en el Torres Valladolid de Comayaguela y que por las tardes debiera batallar en el aula de Biblioteca en el tiempo muerto de mi noche de universidad.
Pero el BIM va más allá de modelar el diseño, también incluye la simulación del proceso constructivo, recuerdo lo que costaba la decisión de los militares de esos tiempos por elegir un tipo de materiales para los acabados hacía interminable la simbología sobre el plano de ambientes; qué no decir de la actualización de cargas muertas luego que decidieron en lugar de confiteado pasar a mármol en todo el séptimo nivel. Aplicando el modelado BIM se diseña utilizando elementos de la vida real, bien sea con Revit o AECOsim, solo hay que decir que eso es una pared, no importa el material, pero si está definido se dice que es de bloque de hormigón, que llevará repello de 0.75 centímetros de grosor, con mortero 1:4, pulido de cal y pintura base agua. Aquí viene lo bueno, no tendría que estar haciendo cálculos, tras cálculos para estimar el costo, pues utilizando el plugin para Naviswork, puedo tener el presupuesto de manera dinámica sin importar los cambios idiotas de los pésimos gustos de los coroneles.
Una vez finalizado el diseño, solo hay que generar los planos en planta, cortes, fachadas, sin estar haciéndolo a la antigua, inclusive las vistas en perspectiva, sumando el plus de las animaciones impresionantes que ahora no ocuparían horas de discusión en la sede del Instituto de Previsión Militar, con la nueva junta de comandantes que ocupaba conocer de nuevo todos los detalles del proyecto. Los estándares IFC ahora permiten el intercambio sin importar si yo uso AECOsim (antes Bentley Architecture) y ellos AutoDesk Revit + Naviswork (que incluye ahora lo que hacía quantity take off). De modo, que controlar el avance de obras no requiere ir a las libretas del Ingeniero Carlos Rosales, que no pegan con las cuentas de la Ingeniera Marisela, del Vaquero de fantasía Palma, ni con los garabatos de la Ingeniera Jessica Ortiz. Me ahorraría el momento de procesar las estimaciones, ordenes de cambio y el control de avance en MsProject.
Ah, y por supuesto, BIM me ahorra lo que implicaría estar detrás de los minuciosos ojos de la Ingeniera Rosario, midiendo y anotando en su libreta cada detalles para definir los pedidos en formas especiales a Mármoles de Honduras, los barandales de bronce vía fax a la empresa Torogoz en El Salvador, o el pedido de cielo espejo que venía desde Miami y nadie sabe en qué contenedor de la Aduana de Puerto Cortés estaba extraviado.
Si crees que hacer renders con un software CAD es lo máximo, debes volver tu mirada al BIM, porque va más allá de lo que antes llamamos AEC (Arquitectura, Ingeniería y Construcción), AECO implica el ciclo de vida de la Operación, o sea el resto de vida del edificio que a esta altura, 20 años después no se ve como un proyecto de ingeniería sino como un proyecto económico –como siempre lo fue-.
La línea de tiempo del BIM está lejos, pero si algo puedes ganar por mientras, échale una mirada a Revit y AECOsim. La inspiración que me causa es la misma de hace 20 años, la decisión por cual marca elegir lo dejo a tu gusto.