Este es un interesante artículo de Frank Pichel, en el que analiza el valor agregado de la seguridad jurídica aplicada a los bienes inmobiliarios. La pregunta inicial es interesante y muy cierta; me recuerda mi reciente visita a la zona viva de Granada en Nicaragua, donde una preciosa casa colonial literalmente tiene el grafiti «propiedad en conflicto, no compre un problema», y al lado la siguiente casa con unas flechas señala la siguiente casa diciendo «ladrones, me robaron mi casa».
El artículo al final remite a una encuesta reflexiva en la que se puede medir el nivel de seguridad de nuestra propiedad.
¿Desea vender su propiedad dentro de una economía desarrollada?
Coloque un letrero de venta.
¿Desea conservar su propiedad dentro de una economía emergente?
Coloque un letrero de NO venta.
Los carteles que indican la no-venta de terrenos aumentan cada vez mas dentro del paisaje de Nigeria a Tanzania.
Destaca la creciente demanda de tierras en toda África a la vez que los caóticos o disfuncionales sistemas de gobernanza de la tierra que continúan socavando la seguridad y el crecimiento económico.
La tierra sigue siendo el activo más valioso y menos seguro en la mayor parte de África. El Banco Mundial estima que el 90 por ciento de la tierra en África es indocumentada. Y la mayoría de las mujeres y hombres de África dependen de esta tierra, a la cual no tienen derecho seguro, para su vivienda y medios de subsistencia.
La falta de documentación sobre los derechos de la tierra – así como la documentación fraudulenta que a menudo acompaña a los sistemas de tierras disfuncionales – significa que las personas a veces compran tierras a alguien que no es su verdadero dueño. A menudo no existe un registro actualizado o público de la tierra proporcionado por algún ente gubernamental oficial, lo cual deja a cualquier comprador interesado sin forma alguna de poder comprobar que están negociando la compra de una propiedad con las personas que realmente la poseen. Así que, las personas que poseen tierras, a veces se enfrentan a inversores que han pagado un buena cantidad de dinero para comprar sus terrenos a alguien que no posee derechos de propiedad. Esto es particularmente problemático para los grupos marginados, especialmente las mujeres, que usualmente carecen de la documentación legal sobre sus derechos de la tierra y, al ser viudas, a menudo encuentran a otros que reclaman la propiedad legítima de la tierra en la que viven o explotan.
El creciente reconocimiento del papel fundacional que juegan los derechos de la tierra en el desarrollo sostenible está haciendo que los gobiernos se enfrenten a este desafío con Liberia, Ghana y Uganda, todos trabajando en el desarrollo de un sistema de derechos de la tierra.
Apenas la semana pasada, la Presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, dijo al foro de la Revolución Verde africana que el continente seguiría siendo acosado por el hambre y la carestía hasta que los países brindaran a los pequeños agricultores la seguridad y la oportunidad que necesitan para invertir en sus tierras y mejorar sus cosechas mediante el fortalecimiento de los derechos sobre sus terrenos.
Ahora, una nueva encuesta interactiva está ayudando a poner de relieve este problema y el impacto que tienen los derechos de tierras sin seguridad sobre la conservación, la seguridad, el alivio de la pobreza y el empoderamiento económico de las mujeres en África y más allá.