Hace unos días les comentaba que este año mi hueso duro es sistematizar las experiencias de un proyecto que me ha tomado dos años en la implementación de catastro municipal.
El año pasado dimos el primer paso por medio de un diplomado de sistematización con el objetivo de crear capacidades locales, experimentar y caer en la realidad de lo complejo que puede resultar la gestión del conocimiento para fines útiles. Como resultado, tras cuatro meses, 6 técnicos entraron a un proceso formativo, 4 se graduaron, 1 producto salió casi listo para imprenta, uno quedó en un nivel aceptable y el tercero fue un ejercicio de cómo no se debe sistematizar.
Justo este año lo que queda es, el dilema de cómo es posible crear un sistema de conocimiento en materia de catastro municipal, que pueda ser digerible a pesar de que es un compendio, manejable aunque es de temática profunda, práctico aunque su conformación pueda sonar compleja… nada que ver con impresionar con un solo mapa.
Hoy he tenido una educativa entrevista con mi asesor de sistematización, da gusto trabajar con alguien así, de quien cada frase produce la sensación de ser tan esencial como para escribir un libro entero pero con el nivel de practicidad que resuelve mi gran duda inmediata.
Es conocido que en todo Latinoamérica actualmente hay una tendencia, por no decir moda, por sistematizar experiencias; los dos enfoques marcados son:
- Uno que se queda en un nivel descriptivo, donde muchas experiencias son recogidas dentro de compendios. Claro, no con el fin de réplica sino más bien como en un nivel de “inducción”.
- El otro es un concepto, al que estamos apostando, en que las experiencias llevan la intención de ser replicadas, por lo que su contenido adquiere el volumen necesario para fines de “deducción” pero sin olvidar su practicidad y manejo.
No quiero aburrirlos más dentro de esta confusión de palabras, así que les dejo una imagen que me he encontrado en arkitekturaz, la que me recuerda que toda la fumada espacial que hay en mi propuesta debe terminar en un todo, útil, práctico y digerible… bajo el concepto “sistémico”.
Sistematizar experiencias no es difícil, eso se aprende. Sistematizar para réplica real…podría serlo.