Un día depresivo en la vida de Geofumadas

Hace unos días un técnico me preguntó como hacía para enojarme y soltar carcajadas al mismo tiempo. Eso está en las características de la personalidad de cada quién, a mi me sucede que no puedo enojarme dos días seguidos y con frecuencia no exploto sino que lo guardo (que es muy malo) luego de un tiempo ese enojo disfrazado de calma explota bien en de forma descontrolada o depresión con actitud pesimista.

No soy Freud, esas habilidades solo las tiene Nancy, pero vaya, esto de tener un blog técnico que busca mantener con cuidado los aspectos de la vida personal es medio complicado, hay quienes pueden llegar a pensar que detrás de los post no hay sentimientos. También la ironía mezclada con arrogancia (que también son malos) que son parte de mis hábitos podrían hacer sentir que todo marcha bien o que al menos el buen humor parece resolver los problemas… al menos los míos.

Pero al final, somos solo humanos, que tenemos amigos, familiares, hijos, trabajo, tarjeta de crédito, coche y mil cosas que pueden descontrolarse en un momento para provocarnos depresión, frustración y quien sabe cuantas reacciones más que se terminan reflejando en los sentimientos, emociones y voluntad. Con el respeto que se merecen, pido permiso para soltar algo muy poco tecnológico y para algunos fuera de contexto cultural.

Qué nos deprime:

Somos seres humanos, con padres en su ancianidad (ahora solo mi madre), que se enferman y ocupan tiempo. Una vez nos dieron la vida y se partieron la espalda por darnos de lo mejor posible, mucho de lo que ahora hemos logrado es resultado de sus esfuerzos desinteresados. Y pues claro, su salud, distancia y nostalgia por los años idos, luego de una taza de café con rosquillas nos dejan la sensación de impotencia porque quisiéramos hacer más por ellos.

También tenemos chicos en la escuela, que de vez en cuando olvidan hacer su tarea y a las 9 de la noche que vamos llegando con una sonrisa temerosa te dicen:

-…este, …este, papi, hay una maqueta que hacer para mañana, y ocupo que compres en la ferretería unos cuantos materiales.

Quizá es parte de la responsabilidad, que a veces te preocupas por estas criaturas, que nos llenan de tanta satisfacción pero también se enferman y nos hacen correr a media noche a una clínica. De vez en cuando inclusive te preocupa su futuro en caso que les faltara… eso es terrible.

Luego tengo un blog, que sube, baja al ritmo de lo que Google decide, pues cuando apaga sus servidores las visitas por el buscador se vuelven a niveles como para cortarse las venas. No debe pasarle a muchos, yo porque soy tecnológico (podría no existir geofumadas) pero mira como nos hemos llenado de aficiones que pueden un día bajarnos el ánimo, también desde el otro lado las satisfacciones que este me ha traído superan los días malos de Google, AdSense, Analytics, Zync, RegNow, Paypal, Reviewme, TLA, LinkLift y mil cosas asociadas.

Tengo un trabajo que en cierta forma es altruista si comparamos lo que se hace por los municipios y el contraste como algunos tienen la convicción que la cooperación internacional está para regalar la plata sin exigir resultados. La mitad de mis canas son por causa de técnicos municipales que olvidan que fueron elegidos por su pueblo para cumplir su trabajo, servir a su gente aunque eso implique trabajar. Muchos brillantes, algunos duros para la tecnología y otros para la organización… todos ellos mis amigos.

Mis viajes, hace algún tiempo quería salir, viajar, conocer lugares y debo admitir que no he perdido ese sentido de aventura. Pero no es lo mismo el viaje de trabajo que el de placer, cuando estás dos semanas fuera de casa, a las 10 de la noche en un hotel de mala muerte y cae una llamada de tu hija de 8 años que llorando te dice: